25 noviembre 2014

MUJERES DE UNIFORME.

La anécdota del día es sentirte que todo lo que haces diariamente es satisfactorio, pero la realidad es más cruda que la idealización en los medios de comunicaciones,  y en las propias casas de las mujeres.
He vivido lo que muchos dicen que no es verdad,  lo curioso es conocer que otras mujeres también han vivido lo mismo, la violencia domestica no es solo un golpe en el rostro o en el cuerpo, si no muchas veces es el golpe a través de las palabras, aun en nuestra casas vemos esos reflejos de encontrar a ese hombre que dice que “la mujer es la que debe planchar, levantarse y servir la comida al hermano, padre, novio, o esposo”, todavía hay hombres que dicen que si la mujer sale a trabajar por la noche solamente utilizan una palabra despectiva hacia ellas, sin embargo aun vemos que pocos son los hombres que realizan las tareas cotidianas de la casa. Al platicarles esto me encantaría decirles que no son siempre ellos los culpables,  lo curioso es que muchos de ellos son el molde de nosotros como madres, me cuentan una de mis compañeras que su esposo todavía obliga a su hija a plancharle la camisa de sus hermano, pero la singular actitud es que su madre asi lo acostumbro al grado de solucionarle todos sus problemas domésticos. Y otra compañera que por el simple hecho de su esposo le cuidara a su hija se cobraba con el producto de su trabajo porque el solo
no podía con el gasto y si sale a trabajar en las noches es justo que ella pague su servicio de él.  No me extraña que la actitud de los hombres sean un reflejo de nuestras herencia materna a lo largo de los años, y que muchas mamás sigamos ese ejemplo de las abuelas aun esta época actual.
Si bien las cosas cambian las actitudes cambian, porque no cambian nuestra forma de educar, aun me encuentro con hombres que se asombran que ven con desencanto  que existan mujeres en los cuerpos policiacos, seguridad privada, manejar un grupo operativo o táctico no es exclusivo del sexo masculino,  y ser seguridad privada tampoco,  creo que somos entes racionales y que el cuerpo es difiere en algunas cosas, pero podemos hacer lo mismo que un hombre, el portar un uniforme no es indicativo que seamos mujeres con cascos sueltos, sexo servidoras para no decir malas palabras, ni tampoco mujeres des obligadas de nuestros hijos y de nuestros esposos, al contrario, muchas mujeres tienen el doble de trabajo, porque aun cuando terminan su turno sigues con la tarea de trabajar en casa educando, limpiando, y atendiendo a la familia. Puedo decir que es inaceptable esa etiqueta que dejan en nuestra personalidad, si bien es cierto que no todas las mujeres somos iguales, también deben los hombres dejar de poner esa etiqueta por no conocer la realidad de cada una de ellas.
Por favor si portar pantalón, camisa táctica, saber de seguridad, primeros auxilios, y saber lo mismo que un equipo operativo o táctico, somos mujeres  MERECEMOS RESPETO, el mismo que tiene una mujer que viste falda y está sentada en una oficina, nuestros trabajos son iguales la diferencia lo hace la actitud del hombre.
Asi que esta semblanza es con dedicación a todas mis compañeras, y a esos hombres siempre con la sonrisa les diré “no existe diferencia, solo en su cabeza llena de testosterona”